Cuando hablamos de impacto social, hablamos de cambiar la vida de otras personas y contextos. No obstante, ese cambio puede ser para mejorar o también para empeorar. Cualquier intervención social se hace con el propósito de hacer transformaciones positivas, pero no siempre se logra. Esas transformaciones también pueden ser negativas y generar consecuencias no intencionadas que, en lugar de mejorar vidas, las empeoran. Evaluar el impacto de una intervención sin considerar los efectos negativos es como mirar solo la mitad de una historia..
El impacto social positivo ocurre cuando una intervención o acción mejora la de vida de las personas y sus contextos. Es el tipo de impacto que generalmente se busca, se mide y se comunica. Algunos ejemplos de impacto social positivo son:
Acceso a energía limpia en comunidades rurales
Una empresa desarrolla paneles solares accesibles para hogares sin electricidad, permitiendo que las familias cocinen y estudien sin depender de fuentes de energía contaminantes.
Microcréditos que impulsan emprendimientos
Un programa de microfinanzas otorga pequeños préstamos a mujeres emprendedoras, ayudándolas a iniciar sus propios negocios y mejorar su estabilidad económica.
Educación digital accesible
Una plataforma en línea ofrece cursos gratuitos de programación para jóvenes de bajos recursos, permitiéndoles acceder a mejores oportunidades laborales.
Estos ejemplos muestran cómo una intervención bien diseñada puede transformar realidades para mejor. Sin embargo, ¿qué pasa cuando una acción tiene consecuencias no previstas o incluso perjudiciales?
El impacto social negativo ocurre cuando una iniciativa, aunque bien intencionada, genera daños imprevistos o consecuencias adversas para otras personas y sus contextos. Muchas veces, estos efectos no se miden o quedan invisibilizados porque la atención está puesta únicamente en los logros positivos. Algunos ejemplos de impactos sociales negativos son:
Microcréditos que generan sobreendeudamiento
Los microcréditos han sido celebrados como una herramienta para reducir la pobreza. Sin embargo, en algunos casos, han generado un ciclo de endeudamiento extremo. En países como India y México, muchas personas han solicitado múltiples préstamos sin poder pagarlos, cayendo en situaciones de mayor vulnerabilidad.
Donaciones de ropa que destruyen economías locales
Las donaciones de ropa usadas en África han llevado a la desaparición de industrias textiles locales. En países como Kenia, la venta masiva de ropa de segunda mano ha hecho que pequeños productores nacionales no puedan competir con los precios bajos de la ropa importada, afectando el empleo y la economía local.
Proyectos de conservación que desplazan comunidades
En algunos países, la creación de parques naturales y reservas protegidas ha llevado a la expulsión de comunidades indígenas que han vivido en esos territorios por generaciones. Aunque la intención es proteger la biodiversidad, el resultado ha sido la pérdida de hogares y derechos de estas comunidades.
Estos ejemplos demuestran que no basta con diseñar un proyecto con buenas intenciones; es clave tener en cuenta los riesgos de generar daños y evaluar cómo si realmente afectan a las personas y su contexto.
1. Para corregir errores y mejorar intervenciones
Si una intervión tiene consecuencias negativas, medirlas permite hacer ajustes para evitar daños y mejorar los beneficios. Lo que no se conoce no es posible cambiarlo. Si no existe una manera de capturar lo negativo, cuando ocurra no habrá manera de solucionarlo.
2. Para evitar daños colaterales invisibles
Muchas veces los efectos negativos no son evidentes de inmediato, pensar cuáles de esos efectos podrían materializarse es clave para poder prevenirlos con acciones concretas. Así mismo, medirlos ayuda a monitorearlos en el momento en que ocurran para que sean atendido y no se escalen los problemas.
3. Para garantizar que el impacto neto sea positivo
Las intervenciones con alcances masivos no necesariamente indican transformaciones positivas masivas. Si las consecuencias negativas superan los beneficios, entonces es necesario repensar la intervención.